La guía más completa contra el oídio

El oídio es un hongo que se adhiere a la superficie de las hojas, responsable de la enfermedad fúngica del mismo nombre. Se identifica fácilmente y se ve como manchas difusas de polvo blanco en la superficie de tallos y hojas.

Está producida por varios géneros de hongos de la familia de las erisifáceas, que atacan principalmente hojas y tallos jóvenes. Aunque son especies muy distantes entre sí, todas provocan unos síntomas en hojas muy similares, por eso a nivel práctico lo tratamos como si se tratara de un solo hongo cuando en realidad son muchos distintos.

Cada especie de oídio afecta a una o unas pocas plantas similares por eso el riesgo de contagio entre distintos cultivos es mínimo o inexistente.

El oídio: una enfermedad común en el huerto.

Sin duda el oídio es una de las enfermedades más comunes en nuestras plantas, ya sea en huertos, jardines o macetas en patios y balcones. Seguro que alguna vez has tenido plantas infectadas con manchas de polvo blanco o como mínimo la has visto caminando por parques o por las calles.

En ciertos cultivos como es el caso de los viñedos se trata de una de las principales enfermedades a la que los agricultores deben hacer frente. También son especialmente sensibles las cucurbitáceas y los rosales. Pero como te he explicado en cada caso se trata de especies de oídio completamente distintas.

rosal con oidio

Lo puedes identificar fácilmente en tus cultivos porque forma manchas blanquecinas de aspecto polvoriento sobre las hojas, algunas crecen en forma circular y otras en forma de estrella. Las hojas con el tiempo irán tornándose amarillas, se retorcerán y acabarán secándose y muriendo.

Aunque daña a la planta y puede que ese cultivo no llegue a su estado de máxima plenitud, lo cierto es que el oídio suele dejar que la planta huésped complete su ciclo y una infección de este hongo rara vez desemboca en la muerte de la planta.

Es antiestético y debilita la planta al extraer nutrientes de las hojas e inhibir la fotosíntesis, lo que resulta en una menor producción de alimentos por parte de la hoja.

Cuando las esporas del hongo colonizan una hoja, producen tubos de alimentación y los insertan en el tejido. Luego, el hongo extrae alimentos a través de estos tubos de alimentación de manera similar a un mosquito que chupa sangre de tu brazo. 

micelio de odio visto al microscopio

Al poco tiempo el oídio irá colonizando la hoja formando las características manchas de color blanco en su superficie con el desarrollo del micelio del hongo.

Algunas especies necesitan vivir sobre algún huésped durante todo el año mientras que otras forman las llamadas esporas de resistencia que pasan el invierno en el suelo hasta que se vuelvan a dar las condiciones ideales para la reinfección. En un huerto en el que la mayoría de cultivos son plantas anuales las especies de oídio que solemos encontrar forman estas esporas de resistencia. Como veremos más adelante esto puede orientarnos hacia las posibles soluciones.

Otro indicador que te puede ayudar a identificar si hay hongos en tu huerto, es una mariquita de color amarillo, la mariquita de 22 puntos. Esa mariquita también se alimenta de este tipo de hongos que crecen sobre la superficie de las hojas. No combatirán una infección por oídio pero sí que nos pueden servir como indicador que una planta pudiera estar infectada.

¿Qué favorece su aparición?

Todos hemos oído que los hongos proliferan con condiciones ambientales propias de ambientes cálidos y húmedos y de esa afirmación se deduce que conviene evitar regar mojando las hojas de la planta, ya que la humedad alta fomenta el crecimiento del hongo. Pero… ¿Qué hay de cierto en esa afirmación?

Según la Universidad de Pennsylvania a los hongos que causan oídio se ven favorecidos por:

  • Elevada humedad relativa durante las noches.
  • Baja humedad relativa durante el día.

Esto merece que paremos por un momento y revisemos lo que supone.

Regar al atardecer puede incrementar la humedad relativa por la noche y favorecer a los hongos, regar por la mañana sería más beneficioso pero el agua se evapora más rápido y así se desperdicia más.

Durante el verano el dilema está entre gastar la mínima cantidad de agua de riego o prevenir al máximo la proliferación de oídio.

Además, desde El Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Pennsylvania, nos afirman que:

  • La mayoría de especies se benefician de una temperatura entre 22 y 27ºC
  • Las esporas son transportadas por corrientes de viento.
  • El tiempo entre la germinación de una espora y la formación de nuevas esporas para infectar otros tejidos puede ser de solo 48h.

Como ves el oídio se dispersa con facilidad y su ciclo es muy rápido.

la intensa exposición solar dificulta la germinación de esporas de oídio

Por otro lado el departamento de Recursos Agrícolas y Naturales de la Universidad de California nos asegura que:

  • Todas las esporas de oídio pueden germinar en ausencia total de agua.
  • La mayoría de las esporas de oídio no pueden germinar en presencia de agua.
  • La exposición solar intensa dificulta la germinación.
  • Las temperaturas muy altas dificultan la germinación, en ambientes sombreados se propaga más fácilmente.

Así que esa asociación tan habitual que asegura que humedad + calor = hongos ya vemos que no siempre se cumple y, que en el caso del oídio, no es en absoluto así. La humedad no favorece la germinación de esporas que necesitan un ambiente seco y las temperaturas muy altas tampoco.

Pero ojo:

Sin embargo, la alta humedad sí que favorece que un hongo ya instalado se ponga a producir esporas.

En principio, si regamos mojando las hojas y tallos de las plantas lavaríamos las esporas de oídio y mientras el tejido permaneciera húmedo no germinarían aún y así no te recomiendo que hagas eso ya que podrías favorecer a otros hongos y enfermedades.

Podemos pensar que si regamos durante el día evitaremos ese ambiente seco que favorece la germinación de estas esporas, pero me temo que esta medida no funciona ya que las plantas se secan muy rápidamente y no conseguiremos mantener la humedad y además vas a necesitar más agua y estarás regando de una forma muy poco eficiente.

Otra cuestión que deberíamos revisar es la idea que podar hojas o ramas para favorecer la circulación de aire que se supone que evita que prolifere el oídio. Esa ventilación provoca que el nivel de humedad baje y por tanto se facilita la germinación, además los tejidos expuestos al aire son más susceptibles de ser colonizados por las esporas que traslada el viento. Esta medida puede ser muy útil para otros hongos pero no para el oídio.

Las rotaciones de cultivos tampoco funcionan para la inmensa mayoría de especies de oídio ya que aunque cortemos el ciclo de reproducción del hongo en nuestra huerta la propagación de esporas puede ir avanzando decenas de miles de kilómetros al año mientras las temperaturas van aumentando.

Entonces… ¿cómo combatimos el oídio?

Remedios contra el oídio

Variedades resistentes

La primera forma es cultivando variedades resistentes al oídio.

Hoy en día hay muchas variedades de distintos cultivos resistentes al oídio. Y no hablamos de transgénicos ni nada parecido sino de cruces clásicos que se han ido ensayando hasta conseguir ciertas características. Eso sí, la inmensa mayoría son híbridos F1 y eso quiere decir que si decides cultivarlos no podrás reproducir sus semillas. 

Evitar plantas sensibles muy juntas

Saber a qué tipo de oídio en hortalizas te estás enfrentando es muy útil porque te permite  evitar poner plantas sensibles a la misma especie demasiado juntas.

Esto te puede resultar muy útil si siempre tienes los mismos cultivos siendo víctima de ataques de oídio. Evidentemente saber de qué especie de oídio se trata es complicado y no esta al alcance de todos pero sí te puedo dar unos grupos de plantas que suelen verse afectadas por la misma especie.

Listado de plantas que comparten oídio:

🥬 Pepinos, escarola, lechuga, melones, patata, calabaza, calabacín

🥦 Brócoli, coles de Bruselas, coliflor y otras coles, rábanos, nabos… lo que son brasicáceas.

🍆 Alcachofa, berenjena, pimientos, physalis y tomates pueden compartir oídio en algunos casos, aunque también es cierto que la especie más habitual que ataca a tomates es muy específica y no suele extenderse a otros cultivos.

🥕 Las zanahorias y perejil también comparten oídio.

También, todo tipo de judías comparten oídio con las okras.

Y en general, en los otros casos podemos estar bastante tranquilos porque el oídio no se va a extender entre distintos cultivos.

Existen una serie de tratamientos previos que funcionan muy bien contra el oídio. Su principal inconveniente es que su efecto dura poco tiempo y hay que repetir los tratamientos constantemente. Además las lluvias pueden lavar estas sustancias de la superficie de las plantas provocando que tengamos que volver a tratar.

Azufre

La más usada es el azufre.

Los productos fitosanitarios de azufre se han utilizado para controlar el oídio durante siglos, pero solo son efectivos cuando se aplican antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad.

Se trata de un mineral listado entre los productos autorizados en las diferentes certificaciones de agricultura ecológica.

Existen, principalmente, 2 formas de usarlo: azufre en polvo y azufre mojable. La versión en polvo es más efectiva pero mucho más difícil de aplicar. La versión mojable es más sencilla pero debemos asegurarnos de usar algún surfactante como jabón potásico si queremos asegurar su eficacia.

Nunca apliques azufre si hay altas temperaturas o quemarás los tejidos de las plantas, por eso solo se puede aplicar a primera hora de la mañana o última hora del día, cuando el sol aun no incide sobre las plantas.

Tampoco puedes aplicarlo si has usado aceite de algún tipo (parafina líquida o aceite de neem o de jojoba) sobre tus cultivos. Y el tiempo mínimo que debe pasar entre un tratamiento con algún tipo de aceite y un tratamiento con azufre es de 2 semanas.

Las principales ventajas del azufre es que resulta muy efectivo y que sublima con facilidad, esto significa que se evapora directamente así que no deja residuos sobre las plantas ni cosechas si respetamos un corto plazo de seguridad.

azufre sublimando en una mina

La parte negativa es que al sublimar genera unos vapores que no solo evitan que crezca el oídio sino que también perjudican a una enorme cantidad de pequeños animales de nuestro huerto y a los microorganismos que tienen importantes funciones sobre las plantas.

Aunque el azufre es un mineral y puede extraerse de las minas lo cierto es que el azufre que encontraremos de forma más común en el mercado es de origen sintético ya que se obtienen enormes cantidades de este elemento durante el refinamiento del petróleo, hasta el punto en que tenemos enormes excedentes de azufre a nivel mundial.

No te recomiendo que uses azufre, es efectivo pero puede causar muchos otros desequilibrios. Además también es tóxico para las personas si se respira el polvo al aplicarlo.

Bicarbonato

En este vídeo te explicamos cómo usar el bicarbonato y qué es lo que hace y, sobre todo, qué es lo que no hace. Te dejo por aquí el video por si no lo has visto. Su uso puede ser interesante aunque no tiene sentido plantearlo como el único sistema preventivo.

Ajo

El ajo ha demostrado tener sustancias antifúngicas aunque su efectividad es mediana, hace falta una gran cantidad de ajo (unos 30 dientes de ajos grandes por litro de agua, bien machacados e infusionados en agua caliente) y su conservación es complicada. No nos parece que se obtengan muy buenos resultados con este remedio y, además, el ajo es repelente de muchos insectos y ya sabes que eso no nos acaba de convencer.

Cobre

Las sales de cobre como el sulfato de cobre, el oxicloruro de cobre o el caldo bordelés también han demostrado ser efectivas contra el oídio aunque mucho menos que contra otros hongos. Aunque se considere un producto apto para la agricultura ecológica debes saber que el cobre es un metal pesado que se acumula en nuestros cuerpos, que en el suelo provoca graves contaminaciones y elimina los hongos beneficiosos y que causa graves problemas en las aguas dulces así que, por favor, busca alternativas al uso de cualquier forma de cobre.

caldo bordelés aplicado en una planta

Própolis

La tintura de própolis ha demostrado una alta eficacia para prevenir el oídio, los ensayos realizados en cucurbitáceas son prometedores, desgraciadamente su precio no permite que sea un remedio razonable para huertos medianos y grandes. Si decides aplicar tintura de própolis en tus plantas, asegúrate de comprar una que contenga la máxima concentración de própolis ya que una vez disuelta deberás asegurarte que queda un 8% de própolis en tu preparado.

Cola de caballo

La decocción o purín de cola de caballo es sin duda el mejor remedio preventivo ya que combina la acción secante del sílice con la actividad fungicida de las saponinas que contiene esta planta. Elaborarlo es sencillo. Solo debemos procurar ser constantes en su aplicación, cada 15 días sería ideal y repetir tras cada lluvia.

aplicación de decocción de cola de caballo en los cultivos

Este preparado puede, también, ejercer cierto efecto curativo debido al sílice que tiene un efecto secante y puede debilitar al hongo.

Este mismo efecto secante es el que se puede conseguir pulverizando tierra de diatomeas micronizada diluida en agua. Con 20g/L será suficiente. El objetivo de esta medida es provocar la parálisis del desarrollo del hongo que ya ha colonizado la hoja, pero no es muy efectiva para prevenir las infecciones.

Control biológico

Y por último, nuestros métodos preferidos, como no podía ser de otra forma: el control biológico. 

Te vamos a dar 3 remedios muy útiles para prevenir el oídio. Trabajar con los microorganismos siempre es una estrategia acertada y extremadamente eficaz pero es que además evitamos aplicar principios activos que, a la vez que dañan al oídio, pueden estar dañando otras partes del ecosistema del huerto.

La primera solución es aplicar LAB, un cultivo de bacterias ácido lácticas del KNF. Te explicamos cómo hacerlo en este vídeo.

La segunda solución es inocular Ampelomyces quisqualis que es un hongo parásito de oídios y otros hongos como el mildiu. Es muy eficaz, tanto que incluso tiene un importante efecto curativo. Las esporas de este hongo germinan sobre el oídio y el hongo se va desarrollando por el interior del oídio, además segrega sustancias antibióticas que provocan que deje de producir esporas y se propague a otros tejidos. Conviene aplicarlo en un momento de máxima humedad ambiental y combinarlo con un poco de aceite para asegurar que las esporas de Ampelomyces germinen.


Y la tercera es aplicar una bacteria: Bacillus subtilis, que protege a las plantas de muchas infecciones como el mildiu, oídio, esclerotinia, mancha negra, moteado, fuego bacteriano, monilia y otras bacteriosis. Hicimos un video explicándote en profundidad los beneficios de esta bacteria.

bacillus subtilis al microscopio

Existen muchas otras medidas que funcionan razonablemente bien, como la bacteria Bacillus amyloliquefaciens o el hongo Trichoderma harzanium o incluso el suero de kéfir de leche que hemos estado usando durante mucho tiempo, pero queríamos centrarnos en los que nos parecen más eficaces para este uso.

Esperamos que esta guía te haya resultado de utilidad. Recuerda que ante el oídio, siempre es mejor prevenir que intentar acabar con los síntomas una vez se han instalado

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