Las personas detrás de La Tanina
Somos un equipo, pareja y compañeros de vida. Una de nuestras mayores pasiones es la naturaleza, las plantas y su cuidado, que nos supone una fuente de aprendizajes y alegrías.
Nos complace enormemente compartir todo aquello que hemos ido aprendiendo tras muchos años y muchos cultivos y con ese objetivo iniciamos el proyecto de La Tanina.
En el que enseñamos sobre el manejo del huerto doméstico cultivado de forma respetuosa y orgánica, el manejo de gallinas y otras aves de corral así como la teoría y práctica sobre microorganismos, control biológico, preparados orgánicos y distintas técnicas hortícolas.
Alan y Mireia
Nos conocimos durante la carrera de Biología, en la Universidad, en ese momento Alan ya participaba de un proyecto de huerta para estudiantes en la facultad. No tardamos en empezar a vivir juntos compartiendo hogar con otros estudiantes y manteniendo nuestro primer huerto comunitario.
Al acabar la carrera pasamos unos años viviendo en la ciudad de Barcelona donde participamos de distintas iniciativas de huertos comunitarios urbanos, además de vivir la gran experiencia de gestionar un proyecto de huerta, a cargo de la Diputación de Barcelona, para personas sin hogar.
La inmersión rural
La Tanina
En la siguiente etapa de nuestra vida vivimos una inmersión total en el mundo rural, primero conviviendo en comunidad en una finca rústica con más de 10Ha de cultivos entre los que había huerta de regadío, huerta de secano, olivos, viñedos, cerezos, almendros…
Más tarde en pareja en una granja enfocada hacia la permacultura con gallinas, pavos, conejos, cabras, ovejas y cerdos.
Un accidente de tráfico cambió nuestras vidas, retornando a una vida más urbana y aprovechando la convalecencia para seguir estudiando.
Encontramos una profesión que conseguía aunar nuestra pasión por los cultivos con la microbiologia y otras disciplinas que ya habíamos tratado en la carrera. Con el vino y la enologia descubrimos un enorme universo que nos ayuda a satisfacer nuestras inquietudes y necesidad constante de nuevos aprendizajes.
Gracias a nuestra profesión nuestro día a día transcurre entre cultivos, microorganismos y unas copas de buen vino.
Durante más de 15 años hemos convivido en distintos lugares pero siempre con un huerto que nos permitiera seguir enterrando las manos en la tierra, que es para nosotros uno de los grandes placeres de la vida. Nuestra formación científica nos facilita el acceso a cierta información y nuestra vocación didáctica nos conduce a compartirla de la forma más comprensible que sabemos.
En la siguiente etapa de nuestra vida vivimos una inmersión total en el mundo rural, primero conviviendo en comunidad en una finca rústica con más de 10Ha de cultivos entre los que había huerta de regadío, huerta de secano, olivos, viñedos, cerezos, almendros…
Más tarde en pareja en una granja enfocada hacia la permacultura con gallinas, pavos, conejos, cabras, ovejas y cerdos.
Un accidente de tráfico cambió nuestras vidas, retornando a una vida más urbana y aprovechando la convalecencia para seguir estudiando.
Encontramos una profesión que conseguía aunar nuestra pasión por los cultivos con la microbiologia y otras disciplinas que ya habíamos tratado en la carrera. Con el vino y la enologia descubrimos un enorme universo que nos ayuda a satisfacer nuestras inquietudes y necesidad constante de nuevos aprendizajes.
Gracias a nuestra profesión nuestro día a día transcurre entre cultivos, microorganismos y unas copas de buen vino.
Durante más de 15 años hemos convivido en distintos lugares pero siempre con un huerto que nos permitiera seguir enterrando las manos en la tierra, que es para nosotros uno de los grandes placeres de la vida. Nuestra formación científica nos facilita el acceso a cierta información y nuestra vocación didáctica nos conduce a compartirla de la forma más comprensible que sabemos.
Nuestro día a día
Actualmente vivimos en una pequeña casa rodeada de un terreno árido, pedregoso y con una fuerte pendiente. El primer reto fue convertir aquel páramo en el huerto más fértil que hemos tenido hasta el momento usando exclusivamente las técnicas más respetuosas y orgánicas posibles y poniendo toda nuestra atención en los microorganismos y la vida del suelo.
Durante 2021 decidimos compartir el trabajo que estábamos llevando a cabo en casa con el público mediante Instagram. La cálida respuesta nos animó a colgar algún vídeo en YouTube y la buena acogida que tuvo nos condujo a consolidar el canal de La Tanina asumiendo en compromiso de un contenido veraz, de calidad y útil.
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